Fluyendo con las energías – Reiki
¿Qué tienen en común la Medicina Tradicional China, el Ayurveda —el conocimiento de la longevidad—, el Yoga como componente del Ayurveda, el Reiki —la enseñanza de la Energía Vital Universal originaria de Japón— y el masaje hawaiano Lomi Lomi?
Panta Rhei – Todo fluye
Aunque todas estas técnicas de sanación provienen de diversas culturas alrededor del mundo, su esencia permanece invariable. El objetivo es lograr que la energía vital personal —Prana, Ki o Chi, como la llamamos— vuelva a fluir y a armonizarla con los ritmos de la naturaleza.
Como es adentro, es afuera; como es arriba, es abajo; todo está interconectado, entrelazado y en constante vibración (véanse también las Leyes Herméticas). Me impresiona cómo la vida ha generado caminos y enfoques tan diversos, asegurando que exista una ruta adecuada para cada persona hacia su meta.
Mi camino hacia el Reiki

Mi camino en el trabajo energético comenzó con el Reiki. Esta forma de trabajo energético me ha acompañado durante más de 25 años. Entré en contacto con ella por primera vez durante mi formación como naturópata. Mi mente, que por aquel entonces estaba muy centrada en la razón, primero tuvo que convencerse de que existe mucho más allá de lo que puedo tocar con las manos.
El trabajo energético debe experimentarse. El cuerpo es el medio ideal para ello. Y es ahí donde las manos vuelven a entrar en juego. Las manos son una herramienta perfecta para dirigir la energía hacia donde se necesita. El tacto suave de las manos, combinado con la atención plena y la conexión total con la persona que tengo delante, crea un espacio para la relajación, la plenitud, la reconciliación y el encuentro con la armonía interior.
De esta manera, los canales energéticos, llamados meridianos o nadis, y los centros energéticos o chakras pueden equilibrarse armoniosamente. Y dado que cuerpo, mente y alma forman un sistema holístico, también se accede a las emociones, patrones de pensamiento y conceptos almacenados.
La belleza de trabajar con Reiki reside en que no te cansa ni te agota. Antes de la sesión energética, reconocemos conscientemente que formamos parte de una inteligencia superior. En esencia, nos conectamos con la conciencia universal y accedemos a esta energía. De esta manera, nos convertimos en canales y transmisores de energía.
Reiki como meditación
Dedicarte 15 o 20 minutos a Reiki, equilibrar tus chakras o simplemente colocar una mano sobre el corazón y la otra sobre el plexo solar puede convertirse en pura meditación. Mantén la atención en tus manos, percibiendo lo que sientes y las señales que te envía tu cuerpo. Tu mente se calma cada vez más, tu respiración se vuelve más profunda y uniforme. El mundo exterior se desvanece y conectas con tu ser interior. Con el tiempo, así surge esa paz interior que tanto anhelamos en el día a día.
¿Es el Reiki un don especial?
En los cursos de formación de Reiki, a menudo me preguntan si se necesita un don o un talento específico para que el Reiki funcione. ¡Rotundamente no! Todos estamos hechos de energía, vibración y frecuencia, y formamos parte de un cosmos que también es energía. Esto lo confirma la física moderna. Desafortunadamente, el sistema perceptivo humano tiene tantos filtros incorporados que la mayoría de las personas solo pueden percibir la materia sólida y no la energía que la compone.
Esto suele llevar a la mente lógica a la falacia de que, como no puedo verlo, saborearlo, olerlo, oírlo ni tocarlo, no puede existir. Por lo tanto, los seres humanos a menudo necesitan experimentarlo. z.B...en forma de tratamiento, para poder sentir esta energía. Además, últimamente ha habido un número creciente de personas altamente sensibles cuyo sistema perceptivo ya no filtra las energías vibracionales superiores en la vida cotidiana.
Estamos evolucionando, lenta pero firmemente, hacia una sociedad energética, no solo en términos de tecnología, sino también en el campo de la medicina energética. Diversos estudios científicos investigan los efectos de la meditación en el cerebro y sus frecuencias. Las universidades estudian la influencia positiva de los ejercicios de atención plena y las técnicas de visualización en la terapia contra el cáncer. El objetivo es elevar las frecuencias cerebrales a una vibración que envíe impulsos curativos al cuerpo.
El Reiki promueve la autoeficacia (salutogénesis).

Lo que aún me entusiasma del Reiki tanto como al principio es el principio de autoeficacia. Tengo mi salud en mis manos, literalmente. Siempre las tengo conmigo, esté donde esté. Esto significa que puedo dar energía a mí misma o a quienes la necesiten, en cualquier momento y lugar. De esta manera, recupero cierto grado de independencia. La confirmación de que puedo contribuir a mi propia sanación, de que puedo responsabilizarme de mí misma practicando Reiki con regularidad, son pilares fundamentales en el camino hacia la recuperación.
Por supuesto, el Reiki no reemplaza necesariamente una visita a un terapeuta, médico o profesional de la medicina alternativa y, como cualquier otra forma de relajación o terapia, no puede prometer ninguna curación.
Reiki: la magia del toque suave
Contacta con nuestra autora, la encantadora Andrea:
Andrea Pualani Scheibl
Práctica para la energía, la relajación y el trabajo corporal
así como asesoramiento psicológico
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