El principal desafío de muchos suplementos dietéticos es la biodisponibilidad: solo una fracción de la cantidad ingerida es absorbida por el organismo. Es aquí donde entra en juego el proceso QIDOSHA Bio+, pendiente de patente, que permite una biodisponibilidad hasta 15 veces mayor.

Esto se logra, en primer lugar, mediante un sistema portador del ingrediente activo (por ejemplo, un extracto vegetal como la astaxantina) con una doble membrana compuesta de fosfolípidos (en el caso de ingredientes activos lipofílicos, también hay un núcleo liposoluble dentro de la doble membrana), que es muy similar a la estructura de la célula humana, y en segundo lugar, mediante un tamaño de partícula muy pequeño del ingrediente activo.

La combinación de ambos efectos, cuando se administra por vía sublingual, produce una biodisponibilidad significativamente mejorada.