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Aceite de comino negro: uso terapéutico y estudios actuales

Ingredientes

El comino negro se ha valorado como remedio medicinal desde la antigüedad. Su principio activo posee efectos tanto preventivos como terapéuticos. Los beneficios para la salud del comino negro se atribuyen principalmente a la timoquinona, su principio activo, que se encuentra en el aceite esencial de la planta.

Las semillas de comino negro contienen hasta un 2,5 % de aceite esencial, cuyos principales componentes son el ρ-cimeno (36 %), la timoquinona (11 %) y el α-tujeno (10 %). También contienen carotenos y ácidos grasos poliinsaturados. En el aceite prensado en frío, el contenido fue de un 55 % de ácido linoleico, un 24 % de ácido oleico y un 15 % de ácido palmítico (Ibrahim et al., 2017).

Una característica distintiva es la alta proporción de vitamina E, d.h. β-Tocotrienol (aproximadamente 1200 mg/100 g de aceite prensado en frío) y γ-Tocotrienol (aproximadamente 200 mg/100 g de aceite).

Además, las semillas contienen fenoles, esteroles, alcaloides y saponinas (Hassanien et al., 2015).

El comino negro también contiene los oligoelementos zinc, cromo, vanadio, manganeso y selenio, así como magnesio, calcio, potasio, sodio y bario (Sium et al., 2016). Por kilogramo de semillas, contiene 15,4 mg de vitamina B1, 57 mg de vitamina B3 (niacina), 5 mg de vitamina B6 y 160 μg de ácido fólico (Khan, 1999).

Uso terapéutico del aceite de semilla de comino negro

Resumen

El comino negro se estudia mejor en el Diabetes mellitus, hipertensión y Hiperlipidemia:

En metaanálisis, el comino negro redujo la glucemia en ayunas y la hemoglobina glucosilada elevadas. Aumentó la respuesta a la insulina. La presión arterial sistólica y diastólica disminuyó aproximadamente 3 mmHg tras 8 semanas. El colesterol total disminuyó un 16 %; el colesterol LDL, un 14 %; y los triglicéridos, un 21 %. El colesterol HDL no se vio afectado.

Los resultados de los estudios en pacientes con también son muy prometedores. artritis reumatoide, Hashimoto-Tiroiditis y Vitiligo, que demuestran su eficacia en enfermedades autoinmunes.

Estudios en pacientes con asma bronquial, fiebre del heno y eccema atópico indican los efectos antiasmáticos y antialérgicos del comino negro.

La investigación disponible sobre pacientes con osteoartritis, cáncer y niños con crisis epilépticas aún es insuficiente, aunque los estudios en animales sugieren eficacia para estas indicaciones.

Existen otras indicaciones para el uso terapéutico del comino negro en el caso de dispepsia, Síntomas de la menopausia, mastalgia recurrente, acné, esterilidad en hombres y adicción a las drogas Estas indicaciones también están respaldadas por resultados experimentales.

Modelos animales para demencia de Alzheimer y a enfermedad de Parkinson Señalan que el comino negro también podría ser una opción de tratamiento para las enfermedades neurodegenerativas.

Estudios clínicos seleccionados:

Habilidades cognitivas

El estudio incluyó a 48 adolescentes de entre 14 y 17 años.Los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir 500 mg de polvo de semilla de comino negro o 500 mg de placebo (polvo de cáscara de psilio) durante cuatro semanas. Si bien los parámetros no mostraron diferencias entre los grupos antes del inicio del tratamiento, el tratamiento con polvo de semilla de comino negro produjo una mejora en el rendimiento cognitivo, un aumento del estado de ánimo y una disminución de la ansiedad (Bin Sayeed et al., 2014).

En un estudio previo, los autores trataron aleatoriamente durante 9 semanas a 40 pacientes ancianos con polvo de semillas de comino negro (1000 mg/día) o con un placebo (cáscaras de psilio). Diversas pruebas neuropsicológicas mostraron mejoras en la memoria, la atención y el rendimiento cognitivo con el tratamiento con comino negro.

Diabetes mellitus

La revisión sistemática realizada por Mohtashami y Entezari en 2016 sobre la efectividad del comino negro en los lípidos sanguíneos, el azúcar en sangre, la presión arterial y los factores antropométricos (peso, índice de masa corporal, circunferencia de cintura) incluyó 18 estudios originales con 1531 pacientes:

En 4 de los 9 estudios sobre su eficacia en la presión arterial, el comino negro redujo la presión arterial. La glucemia en ayunas disminuyó significativamente en 13 estudios, al igual que la HbA1c, cuando se midió. Se observó pérdida de peso y reducción del perímetro de cintura en 2 de los 8 estudios.

Por lo tanto, la revisión indica una mejora en la situación metabólica de los diabéticos.

Heshmati y Namazi (2015) también concluyeron en su revisión sistemática que el comino negro reduce los niveles elevados de glucosa y lípidos en sangre. Además de su efecto antioxidante, esto se debe también a su influencia en la secreción de insulina, la absorción de glucosa, la gluconeogénesis y la expresión génica.

En un estudio a largo plazo de más de un año de duración en el que participaron 60 diabéticos (tipo 2, HbA1c) cuya diabetes no estaba controlada adecuadamente con medicamentos antidiabéticos orales. >7%) recibieron 2 g además de la terapia estándar.

Se administró polvo de semillas de comino negro o carbón vegetal al día. En el grupo que consumió comino negro, los niveles de HbA1c disminuyeron significativamente en comparación con el grupo de control. Los autores concluyeron, a partir de este resultado, que el polvo de semillas de comino negro tiene un efecto antidiabetogénico y cardioprotector (Bamosa et al., 2015).

En un estudio a largo plazo de un año de duración, 114 pacientes con diabetes tipo 2 fueron asignados aleatoriamente a recibir 2 g diarios de polvo de semillas de comino negro o polvo de carbón activado. En el grupo de comino negro, mejoró el control metabólico de la diabetes, según lo medido por la glucemia en ayunas, la HbA1c y los TBARS séricos. Además, la capacidad antioxidante total, la superóxido dismutasa (SOD) y los niveles de glutatión (GSH) aumentaron en este grupo. Esto se acompañó de una disminución de la resistencia a la insulina y un aumento de la actividad de las células β pancreáticas, según lo medido mediante el índice HOMA-2 (Kaatabi et al., 2015).

En un estudio abierto con pacientes con nefropatía diabética en estadio 3 o 4, los participantes recibieron 2,5 ml diarios de aceite de comino negro o tratamiento conservador estándar durante 12 semanas. El tratamiento con aceite de comino negro redujo los niveles de glucosa, urea y creatinina en sangre, así como la excreción de proteínas en orina de 24 horas. Además, aumentaron la tasa de filtración glomerular y el volumen urinario (Ansari et al., 2017).

En un estudio de búsqueda de dosis de 94 diabéticos tipo 2 que fueron asignados aleatoriamente durante 3 meses para recibir 1 g, 2 g o 3 g de semillas de comino negro por día además de su medicación antidiabética, el éxito del tratamiento se midió mediante los parámetros glucosa en sangre, HbA1c, péptido C y peso corporal, así como mediante la resistencia a la insulina y la función de las células beta determinadas con la calculadora HOMA-2.El grupo que recibió 2 g de semillas al día mostró los mejores resultados en cuanto al metabolismo de la glucosa. Los niveles de HbA1c disminuyeron un 1,5 % tras 12 semanas. La resistencia a la insulina disminuyó y la función de las células beta aumentó. No se observó ninguna mejora adicional en el estado metabólico en el grupo que recibió 3 g de semillas al día (Bamosa et al., 2010).

Hipertensión

Se incluyeron once ensayos controlados aleatorizados en un metaanálisis (860 participantes con presión arterial normal o alta). Diez de los estudios compararon productos de semillas de comino negro con placebo, y un estudio los comparó con terapia antihipertensiva. Tras ocho semanas de tratamiento, la presión arterial sistólica media disminuyó de 133 a 125 mmHg, y la presión arterial diastólica disminuyó de 83 a 78 mmHg. La diferencia entre las disminuciones de la presión arterial sistólica y diastólica fue de 3 mmHg cada una (Sahebkar et al., 2016a).

Hiperlipidemia

Se incluyeron diecisiete ensayos controlados aleatorizados en un metaanálisis, el cual reveló una reducción significativa en la diferencia de medias ponderada del colesterol total de 16 mg/dL, del colesterol LDL de 14 mg/dL y de los triglicéridos de 21 mg/dL. El colesterol HDL no se vio afectado. El aceite de comino negro redujo el colesterol total y el colesterol LDL en mayor medida que el polvo de comino (Sahebkar et al., 2016b).

Un estudio abierto, simple ciego, realizado con 114 pacientes con diabetes tipo 2 que recibían tratamiento antidiabético oral y que consumieron 2 g de semillas de comino negro o un placebo durante un año, demostró que la ingesta de semillas de comino negro redujo los niveles elevados de triglicéridos y colesterol LDL. El aumento del colesterol HDL fue significativo. Además, la presión arterial y la frecuencia cardíaca disminuyeron en comparación con el grupo de control. Los autores concluyeron que las semillas de comino negro podrían contribuir a reducir el riesgo cardiovascular elevado en pacientes diabéticos (Badar et al., 2017).

Un estudio aleatorizado, doble ciego, de 8 semanas de duración, incluyó a 300 pacientes con hiperlipidemia tratados con una estatina. Los pacientes recibieron 10 mg de simvastatina más placebo o, en lugar de placebo, 500 mg de comino negro en polvo y 250 mg de aceite de ajo. Los resultados mostraron que la combinación de simvastatina, comino negro en polvo y aceite de ajo redujo significativamente los triglicéridos, el colesterol LDL y el colesterol total en comparación con la simvastatina con placebo, y produjo un mayor aumento del colesterol HDL (Ahmad Alobaidi, 2014).

En un estudio aleatorizado doble ciego de mujeres con sobrepeso que seguían una dieta baja en calorías, la administración de 3 g de aceite de semilla de comino negro por día resultó en una pérdida de peso significativa y un aumento de SOD en los eritrocitos en comparación con el grupo de control (Namazi et al., 2015).

Artritis reumatoide
Un estudio aleatorizado, doble ciego, incluyó a 50 pacientes con artritis reumatoide de entre 20 y 50 años. Durante 8 semanas, los pacientes recibieron 0,5 g de aceite de comino negro dos veces al día o un placebo. La puntuación de actividad de la enfermedad (DAS28) disminuyó más en el grupo que recibió aceite de comino negro que en el grupo placebo. Esto se asoció con mayores concentraciones séricas de interleucina-10 y menores concentraciones de MDA y NO (Hadi et al., 2016).

En un estudio aleatorizado, doble ciego, de dos meses de duración, 43 mujeres con artritis reumatoide de entre 20 y 50 años recibieron 500 mg de aceite de semilla de comino negro prensado en frío dos veces al día o un placebo.El tratamiento con aceite de semilla de comino negro produjo una disminución de la PCR sensible elevada (un indicador de inflamación), la puntuación DAS-28 y el número de articulaciones inflamadas (Kheirouri et al., 2016).

En un estudio controlado con placebo, se incluyeron 40 mujeres con artritis reumatoide, quienes recibieron dos cápsulas de almidón al día durante un mes, seguidas de 500 mg de aceite de comino negro dos veces al día durante otro mes. La puntuación DAS28 disminuyó significativamente con el aceite de comino negro en comparación con el placebo. En consonancia con esto, disminuyó el número de articulaciones inflamadas y la duración de la rigidez matutina. La adición de aceite de comino negro al tratamiento con FAME (fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad) también tuvo un efecto positivo.
Por lo tanto, parece sensato utilizar drogas (Gheita et al., 2012).

tiroiditis de Hashimoto

La tiroiditis de Hashimoto es la causa más común de hipotiroidismo. Cuarenta pacientes con tiroiditis de Hashimoto, con edades comprendidas entre los 22 y los 50 años, fueron tratados durante ocho semanas con 2 g diarios de polvo de semillas de comino negro o con un placebo. Tras el tratamiento con el polvo, disminuyeron el peso y el IMC. Los niveles séricos de TSH aumentaron. Las concentraciones de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea habían disminuido y las concentraciones de T3 habían aumentado (Farhangi et al., 2016).

asma bronquial

En un estudio aleatorizado, doble ciego, se incluyeron 80 pacientes asmáticos que recibieron 0,5 g de aceite de comino negro dos veces al día o un placebo durante cuatro semanas. El criterio de valoración principal fue la puntuación del asma en las cuatro semanas previas. La puntuación del asma fue significativamente mayor tras el tratamiento con aceite de comino negro (21,1 puntos) que tras el tratamiento con placebo. La mejoría en las pruebas de función pulmonar también indicó una tendencia hacia la eficacia. La eosinofilia en sangre periférica se normalizó únicamente con el tratamiento con aceite de comino negro (Koshak et al., 2017).

En un estudio simple ciego, pacientes con asma fueron asignados aleatoriamente a recibir 1 g o 2 g de semillas de comino negro al día, o un placebo, además de la terapia inhalatoria estándar durante 3 meses. A las 6 y 12 semanas de la ingesta de 2 g de semillas al día, la capacidad vital y el volumen espiratorio forzado en el primer segundo aumentaron significativamente, y el número de crisis asmáticas disminuyó significativamente. El flujo espiratorio máximo también aumentó con 1 g de semillas al día. La suplementación con semillas de comino negro produjo una disminución en los niveles de óxido nítrico exhalado fraccional (fracción exhalada de NO) y de la IgE sérica. Los niveles de interferón gamma aumentaron y las pruebas de función respiratoria mejoraron (Salem et al., 2017).

En un ensayo controlado aleatorizado con 29 pacientes asmáticos, los participantes recibieron 15 ml/kg de un extracto de semillas de comino negro hervidas al 0,1 % o un placebo durante tres meses. Los síntomas del asma (frecuencia semanal de síntomas, ruidos respiratorios espásticos y valores de la función pulmonar) mejoraron significativamente con el tratamiento con comino negro. Los pacientes del grupo de comino negro también requirieron menos medicación adicional para el asma, como beta-agonistas orales, corticosteroides, eufilina o inhaladores de corticosteroides (Boskabady et al., 2007).

Vitiligo

El vitiligo, también conocido como leucodermia, es otra enfermedad autoinmune. Debido a la destrucción de los melanocitos, el pigmento oscuro de la piel (melanina) deja de producirse.

Un estudio aleatorizado, doble ciego, incluyó a 52 pacientes con vitiligo. Estos trataron las lesiones durante 6 meses con aceite de comino negro o aceite de pescado, dos veces al día. El tratamiento con aceite de comino negro produjo una reducción significativa de las lesiones de vitiligo a partir del tercer mes de tratamiento, superior a la observada en el grupo tratado con aceite de pescado (Ghorbanibirgani et al., 2014).

Aceite de comino negro para el cáncer

Existen publicaciones del campo de la investigación básica sobre el comino negro en el tratamiento del cáncer. Esta investigación se centra principalmente en ensayos con extractos de comino negro en cultivos celulares y tisulares, así como en estudios con animales. Los investigadores están probando principalmente el componente principal, la timoquinona, un aceite esencial.

Estos experimentos sugieren que la timoquinona tiene diversos efectos contra las células cancerosas. En ratas, la timoquinona provocó la reducción de los tumores. En líneas celulares, potenció el efecto de ciertos agentes quimioterapéuticos.

Algunos ensayos clínicos en humanos también han investigado los efectos del comino negro en los efectos secundarios del cáncer. Si bien estos estudios sugieren que el comino negro podría ser útil para algunos síntomas específicos, se necesitan estudios más amplios para confirmar estos resultados.

dosificación

Los estudios clínicos realizados indican una dosis diaria de hasta 3 gramos de aceite de semilla de comino negro (fuente: Hospital Universitario de Friburgo):

Posibles efectos secundarios

En los estudios solo se encontraron informes ocasionales de prurito o náuseas (Farhangi et al., 2016). Un estudio informó de un ligero descenso de la glucosa en sangre que no provocó la interrupción del tratamiento (Barakat et al., 2013).

Raramente, se producen reacciones alérgicas cutáneas que pueden llegar a incluir necrosis cutánea tóxica (Nosbaum et al., 2011 Bonhomme et al., 2017).

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